No es habitual que Raúl Castro se muestre en público y mucho menos que viaje a otros países o congresos internacionales. De esta característica de su carácter ya se han percatado los analistas. Sin embargo, algunas agencias de noticias informaron que para finales de este año, el ahora presidente del Gobierno cubano visitará Brasil.
Los teletipos de Reuters señalan: Una fuente del Gobierno brasileño informó este viernes que el presidente Raúl Castro visitará Brasil a finales de año, para responder a una invitación que le hiciera Luiz Inácio Lula Da Silva en La Habana. La visita será probablemente en diciembre y fue una propuesta de Lula al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, durante un encuentro que se celebró el pasado miércoles en Brasilia.
La fuente consultada del Gobierno brasileño comentó: "La presencia de Raúl Castro es una retribución a la visita de Lula".
Es necesario recordar que desde el último febrero Brasil y el Gobierno de RC podrían convertirse en una pieza clave de la transición cubana. El hermano menor de los Castro pidió al mandatario brasileño en una visita a La Habana que el “gigante suramericano” y no Venezuela, sea el principal sostén del “proceso de transición política y económica” de la isla. Así publicó en esos días el matutino “Folha de Sao Paulo”, citando fuentes gubernamentales brasileñas, que resalta las palabras de Raúl Castro en cuanto a que “Brasil sería un socio más conveniente que Venezuela”.
La versión de Folha no fue desmentida oficialmente por el Palacio del Planalto. Por el contrario, el ministro de Justicia, Tarso Genro, saludó la decisión de Fidel, de renunciar al gobierno, que “significa una luz verde para las transformaciones en la isla”. El diario afirma que el menor de los hermanos Castro le habría pedido a Lula que “haga esfuerzos por convencer a Estados Unidos de suspender el embargo económico” contra la isla, mientras que Lula le propuso apoyar el proceso con un aumento de la participación empresaria brasileña.
“De lo que no hay dudas es que los cambios que llegarán más rápido a la isla serán los económicos”, explicó el experto en política cubana de la Universidad de Brasilia, Helio Doyle. “Incluso podría haber alguna reforma de tipo político, pero eso siempre dentro del sistema socialista”, agregó Doyle que dirige el Núcleo de Estudios Cubanos de la alta casa de estudios.
Según el periódico, uno de los más influyentes en el cono sur, “en las palabras de un ministro, Brasil es uno de los pocos países del mundo capaces de dialogar con el régimen cubano, con Chávez y con el Gobierno de Estados Unidos y de Colombia”. En cambio para Paulo Pereira de la Pontificia Universidad de Sao Paulo, “Raúl Castro es sinónimo de continuidad, no de cambios. Sólo si no pudiese articular un gobierno sólido ahí recién habría cambios políticos”.
Lula aboga también por cambios políticos en la Isla, comentan sus colaboradores. “Cualquier avance en el terreno económico debe ser acompañado por gestos de apertura política. Uno de ellos podría ser el de mejorar las condiciones en el tema de los derechos humanos”, dijo uno de los asesores más cercanos al presidente.
En el pasado mayo, políticos y empresarios brasileños tuvieron largas jornadas de reuniones y encuentros para lograr una negociación en La Habana, con el objetivo de convertirse en el primer socio económico de Cuba en el "nuevo momento" que vive la isla, afirmó el canciller Celso Amorim. “Cuba está abriendo una nueva fase de desarrollo, de su evolución, y Brasil quiere estar ahí. Queremos ser el socio número uno, no el segundo ni el tercero”, dijo Amorim en la cancillería cubana, al suscribir un acuerdo de cooperación científico, técnico y tecnológico para la producción de soja.
Hay un “deseo firme, real, de Brasil, para participar en este nuevo momento que vive la isla, que vive la economía cubana” la cual dará “un gran salto” en los próximos años.
Amorim suscribió el convenio con su colega Felipe Pérez Roque. El canciller brasileño destacó que su visita da seguimiento a los 10 acuerdos que firmó en enero el presidente Lula Da Silva en La Habana, cuando se reunió con el presidente Raúl Castro y el convaleciente Fidel Castro.
La exploración de petróleo, la construcción de una fábrica de lubricantes, y millonarios créditos para aumentar la importación de alimentos y modernizar una planta de níquel en Moa, fomentar el cultivo de soja y la pisicultura, fueron los principales acuerdos que suscribió Lula con Raúl Castro en enero de 2008. “Nos complace mucho estar presentes en este momento para conocer las oportunidades que pueden salir de esta reunión”, dijo a la Afp Mauricio Mariani, representante de Queiroz Galvão, la más importante empresa de construcción pesada de Brasil.
La empresa automotriz Volvo, que vende equipos por cinco millones de dólares anuales a Cuba estimó que “el acercamiento entre los dos países siempre es favorable” a los negocios. Brasil es el décimo socio comercial de Cuba a nivel mundial, y segundo en América Latina, sólo superado por Venezuela. Si no se cuenta el petróleo, los brasileños desplazan a Caracas, con un comercio bilateral que alcanzó 407 millones de dólares en 2007 y creció 58% de enero a abril de 2008. “Las relaciones con Brasil son excelentes y las posibilidades de los alimentos son excelentes. Tenemos unas compras con Brasil este año cercanas a los 250 millones de dólares que incluyen complejo de soja, harina, aceite de soja, productos cárnicos", dijo PedroÁlvarez, presidente del monopolio estatal Alimport.
El ministro de Comercio Exterior cubano, Raúl de la Nuez, dijo que las relaciones atraviesan “el mejor momento de su historia”, tanto “políticas, económicas como técnicas” y “pueden alcanzar mayores niveles”, pues aún “existen nichos por explotar y desarrollar”. En opinión de Amorim los nuevos créditos, inicialmente por 150 millones de dólares “están siendo trabajados” y pueden llegar a “600 millones en varios años”.
“La parte alimentaria se está trabajando muy bien, hubo un aumento muy grande de los límites de crédito, al mismo tiempo estamos trabajando con créditos para productos industriales y de servicios, maquinaria agrícola, también para la construcción de carreteras. Creo que todo eso va a estar listo muy pronto”.
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