martes, 16 de septiembre de 2008

Objetivo: seducir a Florida

Obama trata de ganarse el voto hispano en el estado que fue clave en las victorias de Bush en 2000 y 2004

Mi voto es para el mulato", dice en referencia a Barack Obama la cubana María González, de 40 años, exiliada en Miami y empleada en un organismo gubernamental. "Hay que cambiar. No sólo en la isla, aquí también", añade González. A Paul Martínez, de 64 años, residente en el condado de Sarasota y fiel seguidor de Clinton, le cuesta apoyar a Obama. "Aún no estoy convencido de que sea el mejor candidato. Quiero ver cómo responde a las preguntas difíciles", afirma. Otros como John Fernández, un agresivo ejecutivo cubanoamericano, asegura: "La relación de Obama con los hispanos no es sólida. Hoy votaría por McCain".

La cuestión cubana ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral estadounidense. Barack Obama busca votantes debajo de las piedras de Florida. Este estado -junto a Nuevo México, Arizona, Colorado y Nevada- cuenta con un elevado número de votantes hispanos. Les guste o no a los políticos estadounidenses, el voto hispano ha adquirido una importancia esencial, que confirmó el Pew Hispanic Center al señalar que la presencia latina ha aumentado en 12 de los 51 estados que forman el país. En las elecciones de 2000, George Bush logró la presidencia gracias a una mínima diferencia de votos en Florida. Sin embargo, en los últimos ocho años, la ineficiente política hacia Cuba y la retórica antiinmigrante han hecho que ganen puntos los demócratas. El Partido Demócrata tiene hoy una gran ventaja sobre el Republicano en Florida. Alarmados, los republicanos han redefinido su estrategia al nombrar a un cubanoamericano, Mel Martínez, como presidente del partido.

Torpes y ansiosos

Obama y John McCain parecen dos pretendientes ansiosos, y un tanto torpes, en su juego de seducción. "Llegan y pregunta, ¿quiénes son los que mandan en la comunidad latina?" comenta entre risas burlonas Patrick Manteiga, quien dirige un periódico hispano en el barrio cubano de Tampa Ybor City.

Obama vino a Miami en mayo y fue la estrella del almuerzo de la Fundación Nacional Cubano-Americana. Entre apasionados aplausos, dijo que si es presidente levantará las restricciones para hacer viajes a Cuba y para enviar remesas de dinero a la isla. Propone una política flexible y creativa, en la cual la diplomacia tiene un papel más dinámico, lo que podría reducir la crispación entre las dos orillas del estrecho de Florida.

El equipo de Obama creó una red de oficinas en los barrios de Miami con mayor concentración de cubanoamericanos, como Hialeah y La Pequeña Habana. Sus activistas promueven la Campaña por el Cambio de Florida, y han creado la plataforma Hispanos con Obama.

La vitalidad de Obama y su capacidad de oratoria atrae a los cubanoamericanos. Incluso varias personas comentan que en el famoso restaurante Versailles de La Pequeña Habana, conocido popularmente como el buró político de la Calle Ocho, se encontró una calcomanía de Obama. El hecho de ser un mulato le ayuda, ya que los cubanos están orgullosos de la mezcla entre blancos y negros. No obstante, hay dudas por su inexperiencia y las tensiones entre afroamericanos e hispanos.

Divisiones 

En la comunidad cubana existe una gran división respecto a la cuestión de los viajes y las remesas, aunque tras el desastre que ha sufrido Cuba por el paso de dos huracanes en una semana, las opiniones se acercan a la necesidad del cambio. Parte del exilio cubano adopta posiciones cada vez más moderadas a favor de una salida gradual a la crisis cubana.

Algunos analistas consideran que Obama podría aliviar la crispación y fortalecer la unidad entre los cubanos. Opositores como Alfredo Sadulé, que fue capitán-ayudante del dictador cubano Fulgencio Batista, disienten. "Las palabras [de Obama] son promesas vacías, propias de políticos ingenuos que ignoran el riesgo de negociar con tiranos", opina Sadulé.

En Florida conviven negros y blancos estadounidenses con cubanos, colombianos, venezolanos, argentinos y centroamericanos. Pero Miami es cada vez menos cubana y más latinoamericana. Si el censo de 2000 mostró que hace diez años la enorme mayoría de los hispanos de Miami eran cubanos, hoy en día son sólo la mitad de los hispanos residentes en la ciudad. Eso sí, con el ingreso familiar medio más alto entre los hispanos: unos 45.000 dólares al año. El porcentaje de cubanos en Miami ha aumentado en un 15% desde 1990, mientras que los mexicanos han crecido un 65%, los dominicanos y argentinos un 55%, y los venezolanos un 119%.

El debate electoral arde entre los cubanos. "Anoche estuve en una fiesta y todos hablábamos de las elecciones", comenta Fernando, un joven que escapó de Cuba en balsa hace más de diez años. "Oye, le estaba fajando a una chica y cuando le dije que iba a votar por Obama me miró seria y dijo que cuando cambiara mi voto hablaríamos. ¡Esto está del carajo!". 


La relevancia electoral de los hispanos en EEUU


El voto cubanoamericano

Para las elecciones del 4 de noviembre hay 1.300.000 votantes latinos inscritos en Florida. Unos 550.000 son cubanoamericanos. El 85% de sus votos fue para Bush en 2004. Si los demócratas aumentan el voto cubanoamericano del 15% de 2004 al 25%, Obama alcanzaría 100.000 votos, lo que supondría arrancarle 50.000 votos a los republicanos, una posibilidad que analizan los estrategas de campaña.

El voto hispano

El otro apoyo que necesita Obama son los 750.000 votos hispanos, no cubanos, de Florida. Se estima que tres cuartas partes de los cubanos en Estados Unidos viven en Miami, en el Estado de Florida, cuyo punto más cercano a Cuba, Cayo Hueso (Key West), está a sólo 145 kilómetros de Punta Icacos y Varadero, en la provincia cubana de Matanzas. En Nueva York y Nueva Jersey está la segunda gran concentración de cubanos, con más de 150.000. En California viven unos 75.000 cubanos. En todo el país, hay 18 millones de electores latinos que teóricamente podrían votar el 4 de noviembre, aunque las proyecciones estiman que de ellos sólo acudirán a las urnas unos 10 millones.

No hay comentarios: