martes, 2 de septiembre de 2008

Raúl Castro, el enigma


MANUEL DOMÍNGUEZ MORENO
Desde el pasado febrero, oficialmente, Raúl Castro Ruz dirige Cuba. Desde 2006, la presidía interinamente por culpa de la grave enfermedad de Fidel. Las incógnitas en la república caribeña se multiplican. Se mezcla más de lo mismo con tímidos cambios para un pueblo de 12 millones de almas cuyo 75 por ciento no alcanza los 50 años, apenas está industrializado, sobrevive del petrodólar venezolano y alberga un 60 por ciento de edificios con graves deterioros. Para acercarnos al perfil del hermano menor del Fidel Castro se publica una biografía. La obra A la sombra de Fidel(Martínez Roca) la suscribe Lissette Bustamante. La periodista vive en Miami, donde hay casi dos millones de cubanos. Esta periodista conoce de cerca a los hermanos Castro. Fue amante de Carlos Aldana, un fidelista que cayó en desgracia. La fotografía que hace Bustamante de la cúpula cubana en el volumen arrastra las paradojas y contradicciones de una revolución ansiada por la mayoría que degeneró en el egocentrismo de alguien al que dudamos absuelvan los cubanos, dentro y fuera de la isla. Sólo le perdonarían que derribara a Fulgencio Batista, pero podría hacerlo santo. El libro de Bustamante es agridulce. Parece la crónica de un divorcio donde el despecho desvela intimidades de la pareja cuando reinaba la armonía. Nos preguntamos si cuando Bustamante disfrutaba de privilegios negados a sus compatriotas desde que los barbudos arribaron a La Habana ideó ésta obra que sin duda es recomendable porque su autora cuenta más que calla. Sobre Cuba poco queda por saber. El fervor revolucionario condujo al estalinismo con variante caribeña. El país lo controla un Partido (PCC) que pivota sobre su Ejército (FAR) e implacable policía (Minint). Si Raúl controla el aparato y cuenta aquello de que prefiere repartir frijoles que escopetas al pueblo, sabiendo que los EEUU jamás invadirán la isla tenemos populismo en vena. Lo describió Valle-Inclán en Tirano Banderas. A partir de lo dicho A la sombra de Fidelentra en esos detalles de patio de vecino que tanto gustan en la España del siglo XXI y la gusanera que, según el fidelismo, reside en Miami con un exilio que no ve la hora del regreso. Ahí se sitúa Raúl. El marco que le hace la autora del “bellaco” de los Castro lo humaniza, aunque al personaje le dan papel de víctima del barbudo. El oscuro fusilamiento del carismático General Arnaldo Ochoa y otros conmilitones hizo llorar, según Bustamante, a Raúl Castro. Pero firmó la sentencia y orquestó la pantomima. ¿Son las mismas lágrimas de Franco y Pinochet mientras confesaban pecados? Claro es que Ochoa tenía amistades peligrosas y acariciaba la perestroika, al igual que Aldana. Las familias numerosas incluyen al preferido, al listo, al vago, al rebelde, al guapo... Lo dicho va también por las miembras. Si no, la ministra Bibiana se cabrea. Pues bien, en el clan de los Castro las mujeres parecen mejores y más sensatas. A la fallecida esposa de Raúl, Vilma Espín, Cuba le debe el progreso femenino. No le va a la zaga su hija Mariela que lucha por derechos de minorías y es sensible con la crítica, pero no abandona las prebendas. El caso de Cuba roza ya el esperpento. Llevamos décadas pensando que cambiará. Ahora que Fidel está nominalmente fuera del poder aparece su hermano y anticipa que “nada será igual” sin el carismático Comandante, que siempre ponderó al Che Guevara cuando lo asesinaron. Todo se parece mucho a España. Los dictadores gallegos se mueren en el poder, en la cama y de viejos. Por mucho que se escriba, Raúl tiene una misión. ¿La adivinan?

Juan Carlos Arias
CAMBIO 16 España


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