lunes, 20 de octubre de 2008

“Debemos unirnos con EEUU ante la crisis”


En su primera entrevista con una publicación occidental en muchos años, el primer ministro chino, habla del crash financiero y del Tibet.

Por Fareed Zakaria Newsweek Argentina
En la inauguración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se desarrolló en Nueva York, el primer ministro chino, Wen Jiabao, concedió una entrevista exclusiva a Fareed  Zakaria, de newsweek. Wen, de 66 años, es conocido por su franqueza y dominio de la economía y presidió gran parte del rápido crecimiento de China. Inició la conversación prometiendo “decir la verdad” e invitó a Zakaria a interrumpirlo, ya que “prefiere el diálogo a los discursos prolijos”. Ambos trataron temas que fueron desde el Tibet y la plaza de Tiananmen hasta Darfur y los derechos humanos, desde la filosofía política hasta las elecciones en Estados Unidos, y desde la actual crisis financiera hasta el futuro de la democracia en China. Extractos:   - Zakaria: ¿Qué piensa de la crisis financiera que afecta a Estados Unidos? - Wen: Debemos unir nuestras manos y enfrentar la crisis juntos. Si los sistemas financieros y económicos en EE. UU. fracasan, el impacto no sólo se sentirá en ese país, sino también en China y en todo el resto del mundo. - Respecto a la economía china, hay quienes afirman que habrá una desaceleración importante. ¿Usted piensa eso?  - La economía de China crece a un promedio anual de 9,6 por ciento desde hace 30 años. Se trata de un milagro. Y entre 2003 y 2007, China disfrutó de un crecimiento de dos dígitos; sin embargo, el índice de precios al consumidor creció menos de 2 por ciento al año. China actuó al adoptar medidas reguladoras. Nuestras preocupaciones anteriores consistían en evitar que una economía de crecimiento se sobrecalentara y en impedir que los incrementos en los precios se convirtieran en inflación. Pero las cosas cambian muy rápidamente debido a la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EE. UU. y a la grave turbulencia resultante. Vemos una disminución en la demanda externa, y la demanda nacional de China no puede aumentar significativamente en un período breve. Corremos el riesgo de una desaceleración y debemos reajustar la política macroeconómica. - ¿Cree que pueden seguir creciendo si EE. UU. entra en una recesión de gran magnitud? - Teniendo en cuenta las estadísticas de los primeros ocho meses de este año, hemos logrado hacerlo. Sin embargo, una recesión en EE. UU. indudablemente tendrá un impacto en la economía de China. Hace 10 años, el comercio bilateral ascendía sólo a US$ 102.600 millones. Hoy, la cifra es de US$ 302.000 millones, un aumento de 1,5 veces. Sin duda, una reducción en la demanda estadounidense tendrá un impacto en las exportaciones de China. Y las finanzas estadounidenses están estrechamente relacionadas con las de China. Si algo va mal en el sector financiero estadounidense, estaríamos muy preocupados por la seguridad del capital chino. - China es el mayor poseedor de bonos del Tesoro de EE. UU. y, según algunos cálculos, éstos tienen un valor de casi US$ 1 billón. ¿Puede garantizar a los estadounidenses que China nunca usaría esto como un arma? - Creemos que la economía real de EE. UU. tiene fundamentos sólidos, particularmente las industrias básicas y de alta tecnología. Algo salió mal en la economía virtual, pero si este problema se afronta apropiadamente aún es posible estabilizar la economía. El gobierno chino espera ver un desarrollo sostenido en EE. UU. ya que ello nos beneficiaría. Por supuesto, nos preocupa la seguridad del dinero chino en este país. Pero creemos que EE. UU. es digno de confianza. Y particularmente en estos tiempos tan difíciles, China extendió la mano a EE. UU. Creemos que esta ayuda contribuirá a estabilizar toda la economía y las finanzas mundiales y a evitar que ocurra un caos de gran magnitud. La cooperación lo es todo. - Muchos consideran a China como una superpotencia, y se preguntan: ¿por qué no se muestra más activa en la solución política de problemas como los de Darfur o Irán?  - China no es una superpotencia. Aunque tiene una población de 1.300 millones y en los últimos años registró un desarrollo económico y social bastante rápido, aún tenemos 800 millones de agricultores en zonas rurales y docenas de millones de personas que viven en la pobreza. Debemos hacer esfuerzos muy comprometidos y serios para abordar estos problemas. Por eso es que debemos centrarnos en nuestro propio desarrollo y en nuestros esfuerzos por mejorar la vida de las personas. - Pero el gobierno chino podría presionar al gobierno sudanés, al iraní o al de Birmania para que sean menos represivos. Ustedes mantienen relaciones con esos tres países. - China es un país que respeta la justicia. Nunca cambiamos nuestros principios. Tomemos por ejemplo el tema de Darfur. China siempre defendió un enfoque de dos pistas: estuvimos entre los primeros países en enviar fuerzas de paz a Darfur y también fuimos el primer país en dar ayuda a Sudán y mantenemos nuestros esfuerzos para atraer a los líderes de ese país para tratar de buscar una solución pacífica. - ¿Piensa que sería peligroso para el mundo si Irán obtuviera armas nucleares? - No apoyamos el crecimiento nuclear de Irán. Creemos que Irán tiene el derecho a desarrollar una utilización de la energía nuclear en forma pacífica. Pero tales esfuerzos deben estar sujetos a las garantías de la AIEA. Esperamos poder tener conversaciones pacíficas para lograr este propósito, en lugar de recurrir al empleo de la fuerza o a la intimidación. Es como una relación entre dos personas. Si una trata de acorralar a la otra, el efecto será contraproducente. Nuestro propósito es resolver el problema, no aumentar las tensiones. - ¿Piensa que los esfuerzos de China para resolver el problema nuclear de Corea del Norte ayudaron a mejorar esa situación?  - Los esfuerzos de China fueron apreciados en EE. UU. y en todo el resto del mundo. Y hacen que las personas deseen que China participe activamente en otras áreas. Hemos adquirido mucha experiencia y aprendido lecciones en los años de negociaciones. El avance logrado también se relaciona estrechamente con la cercana cooperación entre las seis partes que participaron en las conversaciones. - El Dalai Lama dice ahora que aceptaría el gobierno de China en el Tibet. ¿Por qué no negocia directamente con él y soluciona este asunto de una vez por todas? - El Dalai Lama es un líder religioso y disfruta de cierta influencia en la región tibetana. No es una figura religiosa común. El supuesto gobierno en el exilio fundado por él practica el gobierno teocrático y su propósito es separar el Tibet de China. En todo el mundo, el Dalai Lama sigue predicando sobre la autonomía de la región tibetana. Quiere separar de la patria a la así llamada gran región tibetana. Muchas personas en EE. UU. no tienen idea de cuán grande es esta región; abarca al Tibet, Sichuan, Yunnan, Qinghai y Gansu: la cuarta parte del territorio de China. Durante décadas, nuestra política ha sido que en tanto el Dalai Lama esté dispuesto a reconocer que el Tibet es una parte inalienable del territorio de China, y en tanto  renuncie a sus actividades separatistas, estamos dispuestos a tener contacto y a sostener conversaciones con él o con sus representantes. La sinceridad es la clave para obtener resultados. - ¿Qué le gustaría que hiciera el Dalai Lama para mostrar su sinceridad?  - Abandonar las actividades separatistas. Por supuesto, las conversaciones podrían continuar, y teniendo en cuenta el avance en las mismas, también podríamos considerar la posibilidad de aumentar su nivel. - Como usted dijo, su país creció al 9,5 por ciento durante 30 años, el índice de crecimiento más rápido de un país en la historia. ¿Cuál es la clave de su éxito? ¿Cuál es el modelo? Se debe a las reformas y la política de apertura que pusimos en marcha en 1978. Emancipamos la productividad en China. Teníamos una idea importante: que el socialismo puede practicar la economía de mercado. - Muchos creen que eso es una contradicción. ¿Cómo logran que ambos funcionen? - Dando libertad completa al papel básico de las fuerzas del mercado al asignar recursos bajo la orientación macroeconómica y la regulación del gobierno. Garantizando que tanto la mano visible como la mano invisible tengan libertad completa. Si está familiarizado con Adam Smith, sabrá que tiene dos obras famosas. “La riqueza de las naciones”, trata sobre la mano invisible: las fuerzas del mercado. El otro libro trata sobre la igualdad social y la justicia. Allí hizo hincapié en la importancia de la función reguladora del gobierno para distribuir la riqueza. Si la mayor parte de la riqueza de un país se concentra en unas cuantas manos, este país difícilmente pueda tener armonía y estabilidad. - Algunos observadores internacionales afirman que China adoptó medidas represivas contra los derechos humanos en los últimos años. Dicen que esperaban que las Olimpíadas condujeran a una apertura, pero hubo más represión. ¿Cómo respondería usted? - Al ser el país anfitrión de las Olimpíadas, China se volvió más abierta. Cualquier persona sin prejuicios se dará cuenta de ello. La libertad de expresión y de cobertura de los medios de comunicación está garantizada en China. El gobierno da importancia y protege los derechos humanos. Los incorporamos a la Constitución y los ponemos en práctica con seriedad. No creemos ser impecables en lo relacionado con los derechos humanos, es verdad que tenemos problemas en algunos lugares y en algunas áreas. No obstante, seguimos haciendo mejoras.  - Cuando voy a China, me alojo en un hotel y escribo las palabras “Plaza de Tiananmen” y en mi computadora se activa un firewall. ¿Pueden ser una sociedad avanzada si no tienen libertad de información? - Actualmente, China tiene más de 200 millones de usuarios de Internet y la libertad en la Red es reconocida por muchas personas, incluso en Occidente.  Es exactamente mediante la lectura de esas opiniones críticas que tratamos de ubicar los problemas y mejorar aún más nuestro trabajo. No creo que un sistema o un gobierno deban temer las opiniones o puntos de vista críticos. - ¿Cuáles son sus sitios favoritos? - He navegado por muchos sitios web. - Existe una fotografía suya en la Plaza de Tiananmen en 1989. ¿Qué lecciones aprendió de sus experiencias al afrontar ese problema? ¿Creyó que era necesario detener la reforma política? ¿Cree que en 25 años habrá elecciones nacionales en las que haya competencia? - Creo que mientras avanzamos con las reformas económicas, también tenemos que promover las reformas políticas, ya que nuestro desarrollo es exhaustivo por naturaleza, y por eso nuestra reforma debe ser también exhaustiva. Cuando se trata del desarrollo de la democracia en China, podemos hablar de un avance en tres áreas. Primero, necesitamos mejorar gradualmente el sistema de elección democrática de manera que el poder estatal pertenezca verdaderamente al pueblo, y que se lo utilice para servirlo. Tenemos que mejorar el sistema legal, dirigir el país de acuerdo con la ley, y tener un sistema judicial independiente y justo. Por último, el gobierno debe estar sujeto a la vigilancia del pueblo. Esto nos exigirá aumentar la transparencia. Asimismo, es necesario que el gobierno acepte la supervisión de los medios de difusión y otras partes implicadas. Debemos tener en cuenta las condiciones nacionales de China, introducir un sistema que se adapte a sus características y poner en marcha un enfoque gradual. Me resulta difícil pronosticar lo que ocurrirá en 25 años pero tengo la convicción de que la democracia de China seguirá creciendo. En 20 a 30 años, la sociedad será más democrática y justa, y el sistema legal mejorará. El socialismo madurará y mejorará aún más. - Algunos analistas dicen que usted está estudiando el sistema japonés porque hay democracia, pero sólo un partido parece ganar las elecciones. ¿Ése es el modelo para China? - El socialismo es, a mi entender, un sistema de democracia. Y tal democracia deber servir en primera instancia para asegurar el derecho de las personas a elecciones democráticas, a la supervisión y a la toma de decisiones. Tal democracia también debe ayudar a la gente a desarrollarse plenamente en un entorno de libertad e igualdad. Y basarse en un sistema legal con todas las de la ley. - Usted es lector de la obra de Marco Aurelio, famoso filósofo estoico. Mi lectura de él me indica que uno no debe limitarse a ningún propósito egoísta, sino que debe ocuparse de la comunidad como un todo. Me sorprendió la gran cantidad de individualismo que hay en China, el alto nivel de consumismo que registran. ¿Usted trata de enviar una señal al pueblo para que piense menos en sí mismo y más en la comunidad? - Es cierto que leí en muchas ocasiones las meditaciones de Marco Aurelio, y me impresionaron profundamente sus palabras. Valoro mucho la moralidad y creo que los empresarios, los economistas y los estadistas deben prestar mucha más atención a la moralidad y la ética. En mi mente, el más alto estándar para medir la ética y la moralidad es la justicia. Cuando pensamos en la economía, pensamos más en empresas, capitales, mercados y tecnología. Podríamos olvidarnos de elementos como las convicciones y la moralidad. Pero en realidad sólo cuando combinamos estos dos tipos de factores podemos tener una imagen completa del ADN de la economía. Es cierto que, en el transcurso del desarrollo económico de China, algunas compañías fueron en persecución de los ingresos a expensas de la moralidad. Nunca dejaremos que ocurran tales cosas, ya que un enfoque así no puede sostenerse. Por ello, estamos a favor de la ética corporativa, laboral y social. - Usted debe estar pendiente de las elecciones estadounidenses. ¿Cuál es su reacción ante esta extraña contienda? - La elección presidencial de EE. UU. debe ser decidida por el pueblo estadounidense. Lo que sigo muy atentamente es cómo será la relación entre China y EE. UU. después de las elecciones. En los últimos años hubo un sólido crecimiento de esas relaciones . Esperamos que quienquiera que sea elegido presidente de EE. UU., se siga fomentando la relación. China espera continuar mejorándola, sin importar quién asuma el cargo.              

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