jueves, 30 de octubre de 2008

EEUU prevé un nuevo récord de participación

Entusiasmo masivo hacia las urnas. Más de doce millones de estadounidenses ya han votado en los treinta estados que permiten anticiparse al 4 de noviembre, sea en persona sea por correo, en un afán participativo sin precedentes para un país con una larga tradición de abstencionismo electoral. Los votos más tempraneros se dan en los estados más sensibles, los que la semana que viene elegirán al futuro presidente.

Lo nunca visto en Florida, donde dos millones de votantes ya han elegido a su candidato; o en Georgia, con un millón, el doble que en las presidenciales del 2004; o en Carolina del Norte con 1,2 millones, el 20% del electorado, donde los afroamericanos, entusiasmados con la candidatura de Obama han acudido en masa a votar.

"A lo mejor el día 4 se os estropea el coche", advierte Barack Obama

En el Ayuntamiento de Nueva Orleans, el pasado lunes, se registraron largas colas de ciudadanos, pese al personal adicional desplegado por la alcaldía. En Austin, Texas, ya había votado el 20% de sus habitantes, diez puntos más que hace cuatro años. Las cifras parecen anticipar récords de participación. Este año pueden votar en EEUU 213 millones de personas. En 2004, solo 123 millones, el 60% del total, hizo uso de su derecho a voto.

"Tenemos muchas posibilidades de batir el tope de las elecciones de 1960, con el 64% de participación", la cifra más alta de la reciente historia estadounidense, asegura Michael McDonald, politólogo de la Universidad George Mason.

El fenómeno no sólo refleja un entusiasmo considerable por unas elecciones que se consideran cruciales, sino también una tendencia que va creciendo con los años. En 1992, el 7% de los votantes acudió antes a las urnas; en 2004 ya eran un 20% y este año se calcula que podrían llegar al tercio de los millones de estadounidenses que se pronunciarán la semana que viene.

Hasta un tercio de los votantes podría pronunciarse antes del 4 de noviembre

Esto complica singularmente las encuestas a pie de urna puesto que estos votos no serán contabilizados en las estimaciones del 4 de noviembre. En 2004, los votantes más tempraneros fueron en su mayoría republicanos, lo que pareció dar cierta ventaja a los demócratas en el día electoral. Este año sin embargo, los más entusiastas parecen ser los simpatizantes de Obama.

De ahí que el candidato haya dedicado estos últimos días a animar a sus fieles a depositar su voto lo antes posible. "No sabéis lo que puede pasar el 4 de noviembre, a lo mejor se os estropea el coche o tenéis una urgencia", dijo Obama la semana pasada en un mitin en Tampa coincidiendo con la apertura de las oficinas electorales en Florida.

Las autoridades de este Estado, que tiene 27 de los 270 votos electorales necesarios para ganar, pronostican que de aquí a la semana que viene ya habrá votado el 25% de sus 10 millones de votantes. Algo que puede aligerar considerablemente la presión sobre el nuevo sistema de urnas electrónicas, bastante más lentas de lo previsto.

Movilizar a los voluntarios

La campaña de Obama ha movilizado a todos su voluntarios para que ayuden a los que no pueden desplazarse a votar. "Votad antes, así podréis ayudar a alguien el día 4", reza uno de los incesantes emails con los que los demócratas inundan los correos de sus simpatizantes.

Esto es un problema para John McCain. "La presidencia se le está escapando de las manos. Los sondeos indican que Obama va a aguantar en los estados que Kerry ganó en 2004, más Iowa y Nuevo México", dice McDonald, "Obama gana si consigue Colorado y más del 60% de los habitantes de este Estado van a votar temprano".

La estrategia de la campaña republicana "se centra en el día de las elecciones, creemos que ganaremos más votos ese día", aseguró a la cadena CNN, Tucker Bounds, uno de sus portavoces.

Ayer los dos candidatos hicieron campaña simultáneamente, pese a las tremendas lluvias, en un Estado que sólo podrá pronunciarse la semana que viene: Pensilvania, que con sus 21 votos electorales es una de las piezas clave del puzzle electoral.

Todos los sondeos dan una victoria de Obama pero John McCain y Sarah Palin piensan que pueden arañar votos de los demócratas conservadores que votaron por Hillary Clinton en las primarias.


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