sábado, 11 de octubre de 2008

McCain pide respeto para Obama


Me comentan algunos periodistas que no recuerdan una campaña tan virulenta como ésta. Lo que sí es cierto que las subidas de tono de John McCain, el candidato republicano, han caladotanto entre sus simpatizantes que ahora parece que quiere mitigar la furia contra su rival demócrata, Barack Obama. En su último mitin, celebrado anoche en Lakeville (Minessota), McCain pidió "respeto" para su contrincante, al que calificó de "persona decente". Y es que la masa de republicanos han enardecido al punto de gritar "terrorista" o "comunista" a Obama, una estrategia de campaña basada en sembrar dudas sobre el pasado o las relaciones personales del senador por Illinois. 

Muestras de la furia desatada:

- "Estoy aterrorizado, estoy realmente asustado porque lo que está en juego el 4 de noviembre es la libertad frente al socialismo". Congresista republicano Tom Feeney, de Florida, en una entrevista. 

- "Se lo ruego, senador, desenmascárelo", pedía un asistente al mitin en Milwaukee. "Estamos rabiosos, sí, estamos rabiosos, y no es por la economía, sino porque este país está a punto de caer en el socialismo", decía otro.

- En Florida, el sheriff de un condado pronunció, vestido de uniforme, el discurso de presentación de McCain y se refirió constantemente a Obama por su nombre completo, Barack Husein Obama.

- De email a email circula un pps en el cual se muestra la relación de Obama con William Ayers, un profesor universitario de Chicago que en los años 60 perteneció a un grupo terrorista. El candidato demócrata dijo en una entrevista en la radio que conoció a Ayers en una conferencia en la que participaron también varios políticos republicanos, que cooperó con él en varios proyectos sociales (uno era un trabajador comunitario y el otro un profesor especializado en política educativa) y que sólo tiempo después supo de los "condenables actos en los que estuvo envuelto en su juventud".

En el acto de Lakeville, McCain respondía una a una a las preguntas de los congregados. Un hombre se confiesa "asustado de la presidencia de Obama", a lo que McCain responde que "él [Obama] es una persona decente a la que usted no debería tener miedo como presidente de EE UU". El público asistente reacciona abucheando a su propio candidato, que trata de contener el descontento: "si yo hubiese pensado que él es mejor presidente, no competiría con él".

En otro momento, una mujer le dice: "No puedo confiar en Obama, he leído que es árabe" y pregunta a McCain si eso es cierto. A lo que McCain responde tajante "no", con la cabeza gacha, como lamentando que ese bulo haya corrido de boca en boca. Y añade, tomando el micrófono: "Es un hombre de familia y un ciudadano decente con el que resulta que tengo diferencias en asuntos fundamentales y de eso es de lo que va esta campaña". En otro momento, dice que va a luchar por la presidencia, pero que hay que ser y que él va a ser "respetuoso", porque "yo admiro al senador Obama, y no es un cumplido, yo le respetaré y pido -el público le interrumpe con protestas, que rechaza- que todo el mundo sea respetuoso con él y asegurémonos de que así sea, porque así debería ser la política en EE UU".

Obama, terrorista

Las palabras de McCain parecen querer sofocar un tanto el inflamado estado de ánimo de sus seguidores, que han expresado su "miedo" a Obama, al que han llegado a tachar de "terrorista" o "comunista" en los últimos actos del candidato republicano. Su propia campaña, junto con los medios conservadores estadounidenses llevan días propagando dudas sobre el candidato demócrata: se han aireado sus relaciones -en realidad poco más que casuales- con un antiguo activista contra la guerra de Vietnam, Bill Ayers, que en los 70 perteneció a un grupo terrorista; se subraya su segundo nombre, Husein, siempre que se puede; se habla de reuniones con grupos islámicos. El propio McCain autorizó hace unos días un anuncio en el que se preguntaba "¿Quién es el verdadero Obama?", mientras su compañera de ticket afirmaba que "Obama se junta con terroristas".

La campaña había derivado hacia la descalificación personal de Obama, algo que incluso a algunos republicanos les parece peligroso, porque puede incitar al odio racial. Por el momento, la campaña de Obama no ha pasado al contraataque.

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